Los tumores de mama en las perras se ubican, según de qué país se trate, entre el primero y el segundo lugar en cantidad de casos de cáncer. Hasta el momento no se ha podido demostrar que ninguna raza tenga mayor o menor predisposición a padecerlos. Sí aumenta la incidencia con la edad, siendo muy raros en perras menores de 5 años y con una incidencia máxima a partir de los 7 años.
No hay una causa definida para la aparición del cáncer de mama en perros, pero sí se conocen factores que favorecen su desarrollo. Uno de ellos es el uso repetido de hormonas para alterar los ciclos normales de las perras, y otro es el fenómeno de la pseudopreñez. Las perras que sufren de este desbalance hormonal durante su vida tienen una excesiva estimulación de progestágenos y reiteradas retenciones de leche en sus mamas, lo que favorecería la aparición del tumor de mama en la edad madura.
¿Cómo prevenir el tumor de mama en perros?
Esterilización
Aunque no hay una causa definida, lo que sí se ha establecido con certeza es la conveniencia de esterilizar a las hembras antes de su primer celo. Este procedimiento disminuye casi en un 80% la posibilidad de padecer el cancer de mama en perros. Cuando se realiza entre el primer y el segundo celo la efectividad disminuye un poco, y después de los dos años ya no presenta ninguna diferencia significativa con las perras enteras.
Este beneficio se debe a que un 80% de los tumores mamarios son hormono-dependientes, es decir que tienen receptores para hormonas, ya sean estrógenos o progestágenos, y su formación y crecimiento dependen de la actividad de estas sustancias. En las perras esterilizadas antes del primer celo, el tejido mamario no ha estado nunca expuesto a estas hormonas y por eso no pueden desarrollarse este tipo de tumores. El 20% restante son los tumores que no dependen de hormonas.
Detectar cuanto antes
La mejor forma de prevención, aparte de la esterilización mencionada, es la detección temprana del cancer de mama en perros. Cuando vas cada año a vacunar a tu mascota el veterinario hace una revisión completa del animal, y una de las cosas que se fija es en las mamas. Revisa una por una con los dedos buscando algún bulto, por más pequeño que sea. Tú también puedes hacer esto de vez en cuando mientras la acaricias o la bañas, y si encuentras algo que te parezca anormal ve en seguida a consultarlo con tu veterinario. Las perras con tumores de mamas no se sienten mal ni dejan de comer ni se ven decaídas, salvo en el caso de los carcinomas inflamatorios, así que no esperes ver nada de esto.
¿Cómo son los tumores del cáncer de mama en perros?
Los tumores pueden presentarse en cualquier mama, pero los dos últimos pares son los más afectados. En la mayoría de los casos hay más de una mama involucrada, que pueden estar o no del mismo lado. El tamaño es muy variable, pudiendo medir desde unos pocos milímetros hasta más de 15 cm de diámetro, y no se puede predecir la malignidad de la enfermedad basándose solo en el tamaño que presenta el nódulo. Cuando se detecta uno, es importante extirparlo lo antes posible por más pequeño que sea, ya que esperar a ver como evoluciona puede dar tiempo a la aparición de metástasis en caso de que sea maligno.
El cáncer de mama en perros puede presentarse en forma de tumores benignos, cuando no tienen la capacidad de formar metástasis. No hay manera de saber por el aspecto a simple vista del tumor si éste es maligno o benigno, salvo en un tipo especial llamado carcinoma inflamatorio que es muy agresivo, maligno y doloroso y no da tiempo a ningún tipo de tratamiento. Algunos pueden presentar úlceras, y aunque esto no es un signo favorable, no necesariamente indica malignidad. Estas pueden producirse por roce con el suelo o por rascado, o por una gran agresividad local, pero sin que por eso se disemine la enfermedad.
Tratamiento para el cáncer de mama en perros
El tratamiento de elección y el más efectivo es la cirugía. Generalmente el veterinario pedirá algunos exámenes previos. Es importante realizar un análisis de sangre, radiografías de tórax para detectar la presencia de metástasis pulmonares o una ecografía para ver el hígado y demás órganos abdominales. Si lo considera necesario también pedirá un electrocardiograma para determinar el riesgo quirúrgico, ya que casi siempre se trata de pacientes de edad avanzada. También revisará los ganglios linfáticos que drenan las mamas para ver si están afectados al tacto, pues esto cambia mucho la gravedad de la enfermedad.
En el caso del cáncer de mama en perros no se justifica tomar biopsias, ya que dos nódulos en el mismo paciente pueden ser de distinto tipo y en general cuando se decide anestesiar al animal se sacan los nódulos completos al mismo tiempo. El veterinario determinará si también extirpará ganglios, otras mamas de la misma cadena o las dos cadenas completas. Una vez terminada la cirugía se toman muestras del tumor y se hacen análisis histopatológicos para determinar si la cirugía ha sido curativa o se debe hacer algún otro tratamiento paliativo, como la quimioterapia.
Existen otras alternativas de tratamiento como la homeopatía y la inmunoterapia. Si estás interesado en alguna de estas, háblalo con tu veterinario. En el caso del cáncer de mama en perros la cirugía es muy efectiva y es el tratamiento de elección, pero se puede combinar con alguna de estas otras formas para mejorar el estado general o la tendencia de un paciente a generar tumores. En el caso de que no pueda operarse por el tipo de tumor o por ser un paciente con alto riesgo, estas terapias cobran mucho valor para mejorar la calidad de vida y a veces prolongar la sobrevida de una mascota.